domingo, 11 de mayo de 2008

Sentir...


Y llegar y no verte pero sentirte cerca. Esperar mientras pienso en la suerte que tengo por recordar hasta el último detalle de ti… De esta manera puedo dejar que transcurra el tiempo, dosificarme y gastar pequeñas ‘dosis’ de mi recuerdo ligado a ti. Es la única manera que tengo de sobrevivir todo el día. He de confesar que me despierto feliz porque, aunque nos separen millones de kilómetros de palabras, de tiempo… mi cuerpo todavía se encoje, igual que un gato en un costurero, al recordar aquellas tardes de autocine. Después de todo, he de confesar que la primera sonrisa del día te la debo a ti. ¿Y si le digo al mundo que despierto cada mañana sintiendo que te toco? No, nadie lo entenderá. Supongo que es una faena para mi almohada…

1 comentario:

ecgeson dijo...

Despertarse feliz es una suerte. Sentir a alguien a tu lado aunque esté a millas de distancia es una suerte mayor. Puede que seas afortunada, aunque muchos no lo entiendan/entendamos.