sábado, 17 de mayo de 2008

Días extraños

Un poco de cristal para acompañar a una triste y tibia cerveza pero es que hay demasiada gente en la cola de los tickets... Además, y dado mi estado de ánimo actual, puede que le suelte alguna burrada alguien y, lo que es peor, quizá termie por llevarme un guantazo de alguna pava, igual de colgada que yo. Los Chemical y sus paranoias visuales me transportan a otro espacio; mi pequeña dosis empieza a hacer efecto, ya no me duelen las piernas y la marabunta que me rodea ya no me irrita... No tengo ganas de seguirle el rollo a nadie, no me apetece poner buena cara cuando no creo que exista ningún motivo para hacerlo. ¡Joder, por qué no dejamos ya de ser tan falsos! Me da igual que la gente se lleve una opinión equivocada (o no) de mí... Paso, ya no me apetece engañar a nadie.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Con permiso... Desde mi monotonía, y respeto a tu postura, creo que una sonrisa no es nada hipócrita e ilumina y alegra todo. Casona decía que "No hay ninguna cosa seria que no pueda decirse con una sonrisa"... A veces sólo es una mala racha.

Thedarksunrise dijo...

Siempre he defendido el hecho de poner cara de lo que a uno le apetezca cuando le apetezca. Aunque, por qué no decirlo, durante ese concierto se tuvo poco en cuenta dadas las circunstancias... y te lo dice una que terminó con 3 litos de cerveza en el pelo. Besisss

supersalvajuan dijo...

Cuidadín, la cerveza tibia es peligrosa.