lunes, 31 de diciembre de 2007

Víspera de Nochevieja


El otro día me llamó mi ex vecino, que ahora es taxista ilegal, para preguntarme qué voy a hacer en Nochevieja. El crío estaba organizándose su agenda para la noche, quería tenerme en cuenta y asegurarse que llego bien a casa por eso de ‘si bebes no conduzcas’. Me dice que necesita saber qué plan tengo porque a eso de las seis la peña empieza a ponerse nerviosa buscando un medio de transporte para volver a casa y, claro, se le descuadra la agenda. La verdad es que me hizo gracia que me llamara, no contaba con este detalle o seguimiento (si es que una trabaja en lo que trabaja y ya no encuentra inocencia en nada), pero aún así me gustó este atisbo de consideración. Le dije, y es la verdad, que no tenía ni idea de lo que iba a hacer, que quizá me quedara en casa quitándome los pelos de las axilas con las pinzas mientras veo “El Resplandor” , todo por olvidarme de estas fiestas tan “acogedoras”. Ya no planeo nada y menos en estas fechas. No me apetece nada y nada es absolutamente ‘nada’. Quizá vaya al bar de siempre y termine en la barra, pidiendo cerveza de barril y hablando de cualquier cosa con la primera persona que encuentre y si al final me quedo en casa, con las pinzas y mis dvd’s.., pues tampoco pasará nada… Feliz Año a todos.