martes, 1 de enero de 2008

Un mal rollo y una canción de Nochevieja


Dicho y hecho, me quedé en casita después de las uvas. La verdad es que ya me había medio emborrachado con el mescal y el cava, no tenía ganas de arreglarme y estaba “más perra” que un perro panza arriba disfrutando del calor del hogar así que me quedé, tan tranquila, viendo lo que echaban en la tele. Ains, y todo por no cambiarle las pilas al mando a distancia… Al final tuve movida doble: resulta que una amiga me había llamado para salir. Al parecer “yo era su única esperanza” para esta noche de ‘diversión y jolgorio’ y con la que, supongo, llevaba días soñando. Me envió un sms al que se me olvidó contestar. Ya pasada la media noche me envió otro donde me daba “las gracias por joderle la Nochevieja, dejarla tirada y no contestarle el sms…” Así, literal. Me quedé a cuadros con lo que me parecía una enorme putada, por echarme un montón de mierda porque no había conseguido un plan mejor, sobre todo, cuando yo ya le había dicho que esa noche no iba a salir, que no me apetecía. Quizá soy demasiado fría y tiendo a ver que siempre hay un punto de egoísmo, conveniencia y que sólo se mira por la satisfacción o felicidad de uno. Tal vez a la chiquilla realmente le apeteciera quedar conmigo… En fin, no sé, la verdad es que no me gusta que la gente dependa de mí y odio sentirme dependiente de alguien. Todo este asunto consiguió fastidiarme la noche; me dolió que descargara su ira de aquella manera, intentando hacerme culpable de todo aquello que se le pasara por la cabeza. Creo que no llevaba razón.
Obviamente le contesté el sms, le dije que me parecía muy bien, que era libre de creer lo que quisiera pero que sus palabras sí que habían terminado por joderme, por lo menos, haciendo más amargo el sabor del mescal. Por fortuna y para colmo de surrealismos, a mi vecina se le coló un ucraniano borracho en el balcón (todavía no sabemos cómo). En pocos minutos se creó una expectación, como poco, interesante. El tipo se puso a cantar rapsodias en un idioma inteligible mientras, con la mano en alto, nos enseñaba a todos el móvil. Me reí para mis adentros pensando que a lo mejor el chiquillo sólo tenía cobertura en el balcón de mi vecina y que estaba llamando a su familia de Ucrania (o de donde cojones fuese)… ¡Si es que es Nochevieja y la familia tira mucho ¿es que nadie pensó lo mismo?!
El caso es que mi vecina, a pesar del jaleo que se había montado en la calle, no se había enterado de nada hasta que alguien la llamó para preguntarle que quién era el maromo que canturreaba en su balcón. La mujer, que dormía como un tronco a una pared de distancia del poeta ucraniano (o ruso), fliparía en colores. Allí estaba, en plena calle, en zapatillas y bata esperando a que la poli desalojara aquel extraño que fumaba junto a sus geranios. “Que lo sueltes te digo” -gritaba uno de los polis- refiriéndose al móvil… ¡Coño, saltaba a la vista que era un teléfono no un kalashnikov! La situación se hacía extraña de narices… Finalmente, entre dos polis consiguieron aplacarle aunque no dejó de cantar…
Me alegré de lo último.

3 comentarios:

Thedarksunrise dijo...

Quizá no es tanto que la gente dependa de ti sino que a lo mejor alguien quiere pasar un rato contigo. De todos modos, nunca está de más contestar un mensajico de esos. Así me lo aprendí yo xDDD

Jose Manuel Real dijo...

Lo ideal para evitar estas cosas es que tengas a todas esas personas con las que merece la pena pasar esa noche en la misma casa. Es difícil por la convivencia, pero y lo que te ries??

Me ha gustado la canción, aunque se me hace lenta para mi estilo. Pero mola, mola.

no name dijo...

HOla oscuro amanecer quiza solo me apetecía pasar la nochevieja conmigo mism (soy egoista conmigo misma;)) A veces me dan estos puntazos pero bueno, creo que ya me conoces un poquito. Por cierto, para cuando un café?

Y del oscuro amanecer pasamos a las entrañas más negras... eso de juntar al redir es harto dificil pero bueno, como decía antes, creo que en relidad me apetecía estar sola.