miércoles, 9 de abril de 2008

Si no fuera por algunos ratos...


Ester se ha comprado un súper coche, negro como la noche y con infinidad de pijerías de serie. Emocionada, lo que, creo, hasta puede considerarse como 'normal', ha corrido como loca al trabajo para dejar a todos sus compis boquiabiertos. Pero Ester no sabe que al otro lado de la ciudad, Pepe, que así se llama su novio, además de deletrearnos hasta la saciedad las tres letras de la marca del coche, entre café y cerveza, también nos deleita contándonos su prolífera vida sexual. Pepe, que es un desastre (lo digo en el buen sentido y, la verdad, me encanta que sea así de desastre) nos suelta perlas como que el otro día, mientras estaba 'tiqui-taca' con Ester en el sofá, Cuqui , el fox terrier que alguien sin escrúpulos le regaló a su primogénita, (y, que dicho sea de paso, sufre de un gran desequilibrio emocional), jadeaba al unísono mientras se lo montaba con un cojín. Vamos, que todos en la oficina nos imaginamos una especie de ‘torneo sexual’: human versus animal, un Pepe maduro, con problemas de espalda, frente a un can adolescente en plena efervescencia sexual… Una imagen descojonante, capaz de crear mil y un comentarios cachondos a lo largo de la jornada laboral, y es que nuestro Pepe tiene un don para contarnos cualquier cosa, para hacernos reir, a pesar de estar estresados... Como diría mi abuela, "es más gracioso que todas las cosas…" Ains, “si no fuera por estos raticos” (como dice uno de mis jefes, aficionado a la cocina y a las plantas terapéuticas), qué jodido sería el curro… ¡Viva lo cotidiano! (y la diversión en el trabajo).

2 comentarios:

Ego dijo...

Ponga un Pepe en su vida. Al menos amenizará el asunto. Una banda sonora que no molesta. La mosca cojonera a la que echar de menos.
Pero cuánto daño hizo la mermelada de RicKy Martin en el inconsciente popular...

Thedarksunrise dijo...

Dile a Ester que no monte al perro en su coche nuevo. Estoy contigo, viva la naturalidad de los Pepes varios que pululan por nuestros entornos. Besisss