domingo, 13 de enero de 2008

Mestizaje de fluidos


Conozco a alguien que esta noche tiene una cena interracial. Es un chaval solitario, extraño, con una capacidad increíble para inventar historias, lo cual, creo, siempre es de agradecer. Mi querido ‘fabulador’ me cuenta que esta noche tiene cita con dos amigas italianas, un medio palestino y con un ruso criado en Cuba. “Mi amigo”, que es español, aunque pasa de fronteras, me dice que los problemas de racismo y xenofobia sólo se pueden solucionar ’follando’. Me pregunta si soy capaz de imaginar “al universo entero copulando, sintiendo al unísono un orgasmo brutal y que si existe una imagen más bonita…” Bueno, depende de cómo uno imagine el tema- le digo- pero que capto la idea (parece que no ha entendido mi ironía). Me habla del “éxtasis, de las auras entrelazadas, de la conciencia cósmica capaz de equilibrar el universo”. Se le ve feliz imaginando semejante historia (quizá imaginando una bacanal con toda esta gente). “No, si la idea me parece muy hermosa pero demasiado utópica incluso para mí”- le contesto- “¿Pero te lo imaginas?”- me vuelve a insistir el Fabulador… Sólo me atreví a responderle que, si quizá se intentara a pequeña escala, podría resultar, por lo menos, en un universo más reducido. Al menos, si todos folláramos al unísono no habría bombas kamicazes, nadie vería la televisión y la audiencia se iría a la mierda. Sería un “caos” maravilloso. A mitad de esta fantástica conversación me acordé de mi amiga Ro, a quien le encanta organizar cenas y juntar a gente de lo más variopinto. Ayer me contó que el fin de semana pasado había conseguido reunir a una pareja de masoquistas profesionales. En realidad era un masoquista camuflado a diario de profesor de Matemáticas y de una sumisa con tal poca estima en sí misma que incluso la sacaban a la calle con un collar de perro. Pues eso, que a parte de la parejita rollo Marqués de Sade, mi querida Roci, también había conseguido reclutar a un camionero de esos que se las dan de muy machotes y que a la mínima de cambio amenazan con soltar una hostia, a un montañero medio hippie perdido en su mundo y a una ama de casa de lo más tradicional pero que con dos copas de más es capaz de confesarte “que hace siglos que no siente nada ahí abajo”… Ro, a quien ya se le estaba haciendo tarde para prepararle la infusión de maría a su madre (la pobre mujer tiene unos dolores terribles y que sólo alivia “la poción mágica” que su niña le prepara cada noche), flipaba al ver a semejante elenco de personajes coincidir en algo tan primario y tan importante como el sexo. Al parecer todos los comensales coincidían con mi amigo el Fabulador y que las caras de las personas, además de ser el reflejo del alma, “irradian satisfacción o insatisfacción sexual”, vamos, que tu careto dice si estás mal o bien “follao” y que un buen “polvo” echado a tiempo constituye el mejor “gabinete de crisis”. Ya le he dicho a mi amiga Ro que para la próxima cena, invite a Sarkozy, Condolezza Rice, Musharraf, el Papa y a Rajoy. Quizá con el vino y con los consejos del primero (se ve a la legua que es el único que folla), termine por desaparecer la cara de “rancio” de los demás. Quizá así el mundo iría mejor.

2 comentarios:

Thedarksunrise dijo...

Bajo mi visión poco bohemia y objetiva de los hechos, yo creo que ese gran filósofo de la sexualidad global quería echarte un polvo xDDD Besisss

Anónimo dijo...

jajaja Me he reido mucho con esta entrada niña, me ha encantado!

Yo no se si el muchacho te quería echar un polvo o no, pero estoy de acuerdo en lo importante que es el sexo, en que se nota en el brillo de una mirada si la persona está satifecha - aunque creo que eso tiene más que ver con la felicidad que con el sexo sin más - con su vida o no, y en que es muy sano practicarlo.

Ahora, eso de follar como locos todos con todos.... no valgo para eso, aunque es verdad que le vendría bien a mucha gente entretenerse en algo asi antes que en lanzar misiles.

Un beso!