
Soy de la clase de persona que se deja la falda en el vestuario del gimnasio y no se da cuenta de que le falta hasta dos semanas después, cuando la recupera por casualidad, olvidada, en el rincón más remoto.
Soy de clase de persona que pierde un libro en el autobús, metro, tren o cualquier otro transporte público.
Soy de la clase de persona que la gente para por la calle para preguntar por algún sitio o bar y que, dicho sea de paso, nunca conoce.
Soy de la clase de persona que olvida un trabajo importantísimo encima de la ‘máquina-parquímetro’ del Corte Inglés.
Soy de la clase de persona que nunca sabe dónde va y que en el armario tiene ropa sin estrenar.
Soy de la clase de persona que se deja llevar por las “señales” que encuentra por el camino.